Antiguamente, durante la celebración de la Semana Santa, la iglesia prohibía comer unas cuantas cosas, no solo la carne, sino que también estaban entre otros alimentos incluidos: huevos, leche, queso, manteca (mantequilla), grasa.
Pero algo se debía comer, y es así y entonces cuando nacen los antepasados de los panqueques, la gente mezclaba harina de trigo con agua y esta pasta la extendía en capas finas sobre piedras calientes para cocinarla. Más adelante se quitaron algunas prohibiciones y la iglesia autorizó a incluir en la dieta de abstinencia: huevos, leche, azúcar y manteca. Dada esta oportunidad a la mezcla original se le agregaron estos productos y al comenzar a cocinarse en sartenes (paila o pan – de allí pan cake: “pastel hecho en sartén”) con el agregado de manteca o grasa dio como resultado unas tortillas finitas (cakes) que enloquecieron a todos y así surgió la costumbre de preparar para el primer martes de ayuno pilas y pilas de panqueques, una vez listos el jefe de hogar o monasterio hacia sonar una campana y todos a comer...
Fue pasando el tiempo y se fueron perdiendo algunas costumbres, pero el panqueque perduró en la mesa de todos los hogares y restaurantes ya que permite ser rellenado tanto con dulces (dulce de leche, mermelada, cremas, etc.) como con productos salados (fiambres, queso, jamón, verduras, pescado, pates, etc.).
Ingredientes:
100g de harina de trigo (común)
25cc de leche
2 huevos
50g de manteca (mantequilla)
sal (una pizca)
azúcar (si son dulces, a gusto, pero no mucha)
Mezclar todos lo ingredientes muy bien y dejar reposar mínimo una hora.
Calentar muy bien una sartén y pintarla con un poco de mantequilla, verter un cucharón de la masa líquida e ir girando con destreza el sartén para que el líquido (masa) cubra bien su superficie y quede finito, cocinar unos minutos de un lado y luego girar (si tiene destreza suficiente puede hacerlo haciéndolos girar en el aire, sino ayúdese con una espátula) cocinar del otro lado y reservar apilándolos para que mantengan la temperatura.
Servir con dulces o preparados salados para que cada uno los rellene a su gusto.
100g de harina de trigo (común)
25cc de leche
2 huevos
50g de manteca (mantequilla)
sal (una pizca)
azúcar (si son dulces, a gusto, pero no mucha)
Mezclar todos lo ingredientes muy bien y dejar reposar mínimo una hora.
Calentar muy bien una sartén y pintarla con un poco de mantequilla, verter un cucharón de la masa líquida e ir girando con destreza el sartén para que el líquido (masa) cubra bien su superficie y quede finito, cocinar unos minutos de un lado y luego girar (si tiene destreza suficiente puede hacerlo haciéndolos girar en el aire, sino ayúdese con una espátula) cocinar del otro lado y reservar apilándolos para que mantengan la temperatura.
Servir con dulces o preparados salados para que cada uno los rellene a su gusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario